Estimada Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón:
El
motivo de esta carta es para comentarle algunos asuntos que me intrigan sobre
su vida, el primero y muy
comentado, ¿qué le vio al panzón de
Rivera? No dudo que el hombre fuera inteligente y tuviera un carisma. Bueno, un
pintor no tiene carisma, siempre son sangrones y anteponen sus egos sobre todas
las cosas ¿Por qué le aguanto tantas chingaderas? Meterse con su hermana, ¡qué
poca madre tiene el Rivera! Y su hermana también. Fué cabrona cuando le regreso
la moneda al Rivera metiéndose con uno de sus ídolos, el Trosky. Tenía como un gusto exótico con la gente,
pero ¿Qué le vio? Lo único que puedo observar en esta relación, es aquél flujo
creativo que experimento, y que Rivera le corregía sus cuadros, porque no se
haga, que bien que se los terminaba. Como en el “Autorretrato con Collar de Espinas”, se ve claramente la mano de
Rivera esos colores atenuados en sienas. Usted ni sabia calentar el color, ni
mezclar la atmosfera, no estoy dudando de su talento, pero uno ya se sabe las
mañas. ¿Por qué se dejaba el bigote? O más bien
¿No conocía el rastrillo? Que maña tenía por dejarse los pelos; aunque
eso le hacía tener una belleza rara, un estilo propio. Usted Sra. Kahlo era digna de estar en un
aparador de museo, y hasta podría
autonombrarse transexual, como a la primera esposa de Rivera, Lupe
Marín, le dijeron que parecía hombre y
ella contesto ¡Soy más hombre que tú, y más mujer que tu
chingada madre! Que risa con la señora, porque vaya a usted a creer, que en estos
tiempos la consideran con una cosa
llamada “Cuir” ( Queer). Nomás porque
era de ojo alegre y no discriminaba a ningún ser de su sexo, bien que se andaba
echando a la Vargas y a tanta vieja que se le atravesaba. ¡Ay! Sra. Kahlo, que vida la suya, con tanto
drama y tanto alcohol. Como no iba estar todo el día tirada en la cama
padeciendo enfermedades ¡no la friegue! pero debo de admitir, que ha sido lo
mujer que tanto he estudiado, aunque ya se ha vuelto un cliché rebuscado.Debo
conversarle que tengo una de sus imágenes en mi playera, lo sé, soy víctima del
consumismo. El socialismo no fue para México. No me miente la madre, soy pobre y no tengo
dinero para comprarme uno de sus cuadros, usted habría hecho lo mismo que yo. Ya
no hay artistas que salen a luchar por los derechos del trabajador y defender
la cultura en México. Ya no hay pintores como usted que mantenían las
tradiciones. Ya no hay nada de eso Sra. Kahlo, solo queda el rezago. Mirar uno
de sus cuadros y suspirar la nostalgia de su pasado.
Siempre suyo.
Didídac Muciño.
2 comentarios:
Una propuesta atrevida.
Empecé leyendo con expectativas muy altas. Un león no ruge para luego lamerte los pies. Una mujer de admirar y revolucionaria para su época es Maria Izquierdo. Que surgió con mucho esfuerzo, siendo la primera mujer mexicana en exponer sus obras en el exterior. Y si nos llama el morbo por los amorios fallidos en una verdadera artista está Remedios Varo. Que ella sí que tenía "los pantalones bien puestos" (frase machista?) para buscar un verdadero amor, rompiendo los convencionalismos.
Publicar un comentario