Rédes que manejo-

viernes, 14 de marzo de 2014

Carta a Frida Kahlo.




Estimada Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón:
           

 El motivo de esta carta es para comentarle algunos asuntos que me intrigan sobre su vida, el primero y  muy comentado,  ¿qué le vio al panzón de Rivera? No dudo que el hombre fuera inteligente y tuviera un carisma. Bueno, un pintor no tiene carisma, siempre son sangrones y anteponen sus egos sobre todas las cosas ¿Por qué le aguanto tantas chingaderas? Meterse con su hermana, ¡qué poca madre tiene el Rivera! Y su hermana también. Fué cabrona cuando le regreso la moneda al Rivera metiéndose con uno de sus ídolos, el Trosky.  Tenía como un gusto exótico con la gente, pero ¿Qué le vio? Lo único que puedo observar en esta relación, es aquél flujo creativo que experimento, y que Rivera le corregía sus cuadros, porque no se haga, que bien que se los terminaba. Como en el “Autorretrato con Collar de Espinas”, se ve claramente la mano de Rivera esos colores atenuados en sienas. Usted ni sabia calentar el color, ni mezclar la atmosfera, no estoy dudando de su talento, pero uno ya se sabe las mañas. ¿Por qué se dejaba el bigote? O más bien  ¿No conocía el rastrillo? Que maña tenía por dejarse los pelos; aunque eso le hacía tener una belleza rara, un estilo propio.  Usted Sra. Kahlo era digna de estar en un aparador de  museo, y hasta podría autonombrarse  transexual,  como a la primera esposa de Rivera, Lupe Marín,  le dijeron que parecía hombre y ella contesto  ¡Soy más hombre que tú, y más mujer que tu chingada madre! Que risa con la señora,  porque vaya a usted a creer, que en estos tiempos la consideran  con una cosa llamada “Cuir” ( Queer). Nomás porque era de ojo alegre y no discriminaba a ningún ser de su sexo, bien que se andaba echando a la Vargas y a tanta vieja que se le atravesaba.  ¡Ay! Sra. Kahlo, que vida la suya, con tanto drama y tanto alcohol. Como no iba estar todo el día tirada en la cama padeciendo enfermedades ¡no la friegue! pero debo de admitir, que ha sido lo mujer que tanto he estudiado, aunque ya se ha vuelto un cliché rebuscado.Debo conversarle que tengo una de sus imágenes en mi playera, lo sé, soy víctima del consumismo. El socialismo no fue para México.  No me miente la madre, soy pobre y no tengo dinero para comprarme uno de sus cuadros, usted habría hecho lo mismo que yo. Ya no hay artistas que salen a luchar por los derechos del trabajador y defender la cultura en México. Ya no hay pintores como usted que mantenían las tradiciones. Ya no hay nada de eso Sra. Kahlo, solo queda el rezago. Mirar uno de sus cuadros y suspirar la nostalgia de su pasado. 


Siempre suyo.
Didídac Muciño.

2 comentarios:

Ada Medina. dijo...

Una propuesta atrevida.

Cajón del cambio dijo...

Empecé leyendo con expectativas muy altas. Un león no ruge para luego lamerte los pies. Una mujer de admirar y revolucionaria para su época es Maria Izquierdo. Que surgió con mucho esfuerzo, siendo la primera mujer mexicana en exponer sus obras en el exterior. Y si nos llama el morbo por los amorios fallidos en una verdadera artista está Remedios Varo. Que ella sí que tenía "los pantalones bien puestos" (frase machista?) para buscar un verdadero amor, rompiendo los convencionalismos.

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