Rédes que manejo-

martes, 4 de marzo de 2014

Crónica I.





Suena el despertador a las 7:30 de la mañana,  con  pesadez me  despierto media hora después  , suelo esperar a mi hermano a dos cuadras de mi casa para que me de un “Ride”  al metro Chapultepec, a estas horas de la mañana el tráfico esta insoportable, y no falta el despistado o aun con sueño que suele tener un accidente,  el morbo de ver la desgracia de otros  hace más lento el transito,  llegando a  Chapultepec  camino hacia ese vagón donde se han formado leyendas y mitos sexuales del argot popular gay, o más conocido como “puti-vagón” y sí,  claramente  entras al vagón  y  no existe el pudor,  ni la moral, solo los deseos carnales de desconocidos, o conocidos después de las 9 de la noche.  Voy al zócalo a la Academia de San Carlos y mi camino siempre ha sido muy descontinuó, me podría bajar en pino suárez trasbordar a cuatro caminos, bajar en zócalo y solo caminar unas cuadras para llegar a la academia, pero me gusta caminar, deambular por las calles del centro,  tengo una habilidad enorme de perderme entre  ellas, soy distraído jamás pongo atención a las cosas, pero lo que he aprendido  estos años que todas las calles llevan al zócalo, todas desembocan en ese núcleo caótico. La primera vez que llegue a la academia andaba exactamente atrás de ella, en la calle de José Maria, caminando como loco, mi timidez o mi dislexia no me permite preguntarle a alguien, entre Emilio Zapata y Jose maria se encuentra una escultura de la Santa Muerte, siempre la visten de colores chillantes, de satín brilloso del corriente, llena de pulseras,  ya no tienen aspecto de imagen  de devoción si no de perchero viejo,  ha de ser buena para los milagros,  me acerqué para pedirle que me guiara a la chingada escuela, y si tarugamente estaba detrás de ella.  Hoy decido bajarme en Isabela católica,  y caminar por la misma calle,  a esa hora de la mañana ya hay gente deambulando, aun no abren los locales, todavía no se despierta el centro, la gente camina como si aun anduvieran en sus sueños, a veces siento que transitan con los ojos cerrados, como animales de pueblo que ya se saben su camino. El centro es frio a esa hora, es silencioso  la gente transita del lado que da el sol  como si fueran girasoles buscando el calor, mas tarde es todo lo contrario, llego a Francisco I. Madero ese gran corredor es  como una gran pasarela, todos caminan de extremo a extremo, presumiendo sus identidades, no importa si eres hetero, gay, bisexual, pansenxual o todas las letras del abecedario,  ahí solo eres otro bulto más,  es el claro ejemplo que nuestra identidad cultural, es un enorme collage de etnias.  Detrás de Palacio Nacional   se asuma el alba que se va quemando en ocres y carmines con unas estelas rosas para que después ese azul taflo se  asome y limpie el cielo de las nubes,  llegando a la calle de Moneda el organillero toca las mañanitas, algún día si paso en mi cumpleaños le daré una propina y en pasamiento le mentaré la madre por recordarme que cada vez estoy mas viejo. La calle de Moneda se a convertido en otro tianguis ambulante después de que Mancera los quitara a todos de Corregidora,  siempre he tenido esa imagen desde niño,  un mar de gente, una selva de asfalto que el único temor que hay, es ver quien es mas animal deambulando,  pero a pesar que siempre ha sido caótica, entre su mismo caos hay un orden,  los ambulantes  escuchan los chiflidos  agarran sus costales y corren quien sabe a donde pero corren sin importar tirar a la gente, es curioso como desafían a los policías, así sobreviven huyendo de ellos. Llegando a la Academia siempre me da esa sensación como si tuviera un cristal anti ruidos,  entras y no escuchas nada de lo que pasa allá fuera,  las calles como el mismo sitio están cargadas de historia que pesa, antes fue un hospital psiquiátrico, y como en todos lados siempre hay sus leyendas , la señora de limpieza me comento que un día en los baños le tocaron la puerta,  con una voz de asombro me dice,  -  ¡pero joven no había nadie, estoy segura que no!, yo por eso antes de la 9:30 de la noche ya estoy saliendo de la escuela, no vaya hacer que me toquen, vete tu a saber que.

1 comentario:

Ada Medina. dijo...

Saludos!!!
Que jocoso relato te aventaste,me atrevo a decir que hasta me resulto un tanto minimalista.
¿Cual es la intención de tus letras hoy en día?Pues las siento creativas pero no inspiradas.
¿O que se yo?

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