Miré las flameantes nubes que flotaban como sangre y una espada sobre la azulada negrura del fiordo y la ciudad... Me quedé inmóvill, temblando de miedo. Y sentí cómo un grito potente e infinito rasgaba la naturaleza.
Edvard Munch.
4 comentarios:
Anónimo
dijo...
Así grito tu nombre que es amor, pero sin miedos, con orgullo y con deseo de que mi grito llegue a tus ojos como una sinfonía policromática y que con pasos ligeros camines sobre las olas que hacen las ondas sonoras y vengas a mis brazos junto a mi pecho, en mi corazón.
4 comentarios:
Así grito tu nombre que es amor, pero sin miedos, con orgullo y con deseo de que mi grito llegue a tus ojos como una sinfonía policromática y que con pasos ligeros camines sobre las olas que hacen las ondas sonoras y vengas a mis brazos junto a mi pecho, en mi corazón.
Besos
Impresionantes tus palabras, casi tanto como el eterno cuadro de Munch.
Biko niño buen inicio de semana! :D
Recién anduve por el filo de ese fiordo y recordé, te recordé!
Areko: Awww que hermosoo!! abrazooos! :)
Mayte; GRaciaas!, y te has dado cuanta que una cuadro que se a finales del siglo XVIII, se quedo para siempre!?.. besos, feliz inicio :)
Errante; Milagro que pasas, pense que habias desaparecido(otra vez), me alegra verte! :) besos.
Publicar un comentario